Simplemente diálogos, que van tomando forma (de alguna forma) y terminan donde tienen que llegar. Diálogos con vida propia, que a veces corren, a veces se detienen a pensar, y a veces disparan balas y verdades. Radiografía de un mundo igual, pero visto de distinta manera.

martes, 29 de noviembre de 2011

Triálogo sobre las risas, el contagio y algunas locuras.



X: Fue a principios de abril....

Y: ¿No había sido por mayo?

X: De todas formas, las fechas no importan... son solo excusas para darle trabajo a los historiadores. Cerremos que fue en otoño, ¿dale?

Y: Me parece justo.

X: Todo empezó de forma silenciosa, casi imperceptible. Dicen que los primeros brotes aparecieron por capital.

Y: ¿No habían sido en zona sur?

X: ¿Me vas a dejar contar, o me vas a interrumpuir cada 5 palabras?

Y: Disculpa, seguí nomás.

X: Gracias. Como decía, el primer caso registrado, si no me equivoco, fue en Balvanera. Un nene. De ahí lo derivaron al Fernandez.

L: Creo que algo me acuerdo. Un chico de 6 años, ¿no?

X: Sí. un purrete. Al principio los padres pensaron que era normal. es más, aparentemente esto le agarró un viernes y estuvo todo el fin de semana así. Pero... ya el lunes, al rato de dejarlo en la escuela, la directora llamó preocupada a los padres para que lo vayan a retirar.

Y: Nadie se lo tomo enserio...

X: Es que ... ¿cómo hacerlo? hasta el momento no habia registros de contagio de eso. Nadie en su sano juicio podía llegar a pensar que se trataba de algo peligroso, sino, todo lo contrario.

Y: Y miranos ahora... acá escondidos. Encerrados en cuatro paredes que nos protegen del exterior. Como profugos de una realidad lúdicamente peligrosa. Con miedo.

X: Si se hubiesen tomado los recaudos necesarios... en su momento... Pero ya nos ves, los humanos, que tanto nos jactamos del poder de la razón y del dominio de la naturaleza por nuestras ventajas y gracias a nuestras capacidades... somos tan vulnerables... maldito ego, que siempre nos hace caer en la trampa.

Y: Estoy seguro que fue en mayo...

X: Y yo en abril, pero habiamos negociado que fue en otoño...

L: Por favor, no se mareen en el relato. Cuentenme que no entiendo nada lo que esta pasando... por favor... ¿por que tenemos que estar recluídos acá?

X: Disculpá, es que nos cuesta seguir el hilo con mi compañero. Pero entendenos, hace mucho que estamos acá adentro... ya perdimos el ritmo de los días y del tiempo mismo

Y: Demasiado... tiempo

X: Retomando. Fue hace unos meses. El caso del chico... nadie penso que pudiese ser peligroso.

L: ¿Qué le pasaba al chico ese?

Y: Se reía.

L: ¿Se reia? ¿Sólo eso?

Y: Se reía sin parar.

X: Es verdad. No frenaba. Según los diarios el pibe había empezado a reirse el viernes a la tarde. Nadie supo nunca de qué ni por qué. Los padres lo encontraron en su cuarto jugando con unos munequitos y riendo.

Y: Obviamente al principio no le dieron importancia. ¿Qué mas lindo que ver a un chico reir?

X: Pero a la noche comenzaron a sospechar que algo no andaba del todo bien. El chico se reía mientras dormía.

Y: Por lo que recuerdo de esas fechas, el padre admitió después que, aunque no entendía por qué su hijo hacia eso, se sentia feliz, buen padre: es más, dijo algo así como... que se sentía orgulloso de haber criado a un chico que era tan feliz.

X: Grave error....

Y: Es que no es trillado pensar que si tu hijo se ríe estas cumpliendo una buena tarea...

X: Decinoslo ahora...

Y: Con el diario del lunes....

L: Por favor, continúen.

X: Para el sabado el chico seguía igual. Cualquier cosa le resultaba una buena excusa para estallar en risas. La intencidad de estas, a su vez, se potenciaba...

Y: Crecía. Cada risa era mas fuerte y aumentaba en velocidad y tiempo. Todo esto lo sabemos gracias a unos estudios que le hicieron mas tarde y que fueron publicados para que todos podamos conocer los síntomas.

X: La madre le preguntó de qué se reía y el chico le contestaba que: del perro, o del piso o de algo que había visto en la televisión. La familia pensó que al tiempito se le iba a pasar, que era solo alegria que el chico canalizaba de esa forma.

Y: Pero no.

X: Los padres lo buscaron del colegio el lunes, pero ya era demasiado tarde. Al otro día dos compañeritos llegaron a clase, descostillándose de la risa. La profesora les preguntaba qué era lo que les causaba tanta gracia: si las sumas y restas les resultaban tan divertidas. Ellos solo reían. Y los que fueron al comienzo solo dos más, se multiplicaron a la semana en cientos.

Y: Recuerdo que al comienzo de toda esta situación, los padres pensaron que se trataba de un complot infantil: varios chicos puestos de acuerdo entre ellos con el mero objetivo de jugar con los adultos y, simplemente, volverlos locos.

X: Hasta que se contagiaron los mas grandes.

Y: Varios padres descubrieron, para su sorpresa, que comenzaban a reírse en el trabajo o en el subte sin razón alguna.

X: Fue en ese momento cuando dejaron de castigar a sus hijos y a no encerrarlos más en sus habitaciones. Y a volver a darles postres.

Y: Fue una locura.

X: Aún lo es.

L: ¿Todos reían?

X: Todos, menos algunos, los que supimos escapar a tiempo.

L: ¿Pero los medicos, los cientificos, no lograron atenuar la enfermedad?

X: Al comienzo se recluyó a un pequeño grupo con el fin de estudiarlos. Se les hicieron pruebas de rutina. La gente salía a la calle con mascarillas. El miedo al contagio se discipó velozmente y nadie queria salir afuera de sus casas; ni al trabajo ni a ningun lado.

Y: Las calles estaban vacías.

X: Y los médicos que fueron designados para la misión de descubrir qué era lo que estaba pasando cayeron uno a uno en las fauses de lo desconocido...

L: ¿Qué les paso a ellos?

Y: Terminaron riendo, sin entender por qué, como la mayoría.

X: Y aunque salían en televisión, por cadena nacional, intentando explicar algunos de sus resultados, nadie los tomaba enserio, ya que cada cinco palabras les brotaba un ataque de risa que borraba todo rastro de credibilidad que sus diplomas o uniformes alguna vez les dieron.

L: Es terrible....

Y: Realmente lo es.

X: Y no todo termina ahí. Al tiempo la gente volvió a salir de sus casas. Resignados, prefirieron reír antes que volverse locos en los límites de sus departamentos. Ese fue el momento en el cual el contagio se explayó hacia todos los rincones de la ciudad. Hasta los animales se reían.

Y: ¿Viste alguna vez a algun presidente, saliendo por televisión, pidiendo calma mientras se cagaba de la risa? esa es una imagen que nunca voy a poder borrar de mi mente.

X: La ciudad se puso en cuarentena. Las otras provincias miraban los noticieros y no lo podían creer. Llamaban a sus familiares para verificar la autenticidad de los documentos periodísticos pero todo era en vano.

L: ¿Por qué? ¿la gente no les contestaba por telefono?

Y: Sí, pero de tanto que se reían no podían decirles ni una palabra completa.

X: Se cancelaron los vuelos al exterior por miedo a un contagio masivo y mundial. De todas formas, en unas semanas el país se reia casi por completo.

Y: Países vecinos comenzaron a temer y cerraron sus fronteras.

X: Muchos escaparon de las ciudades y se escondieron en el campo.

L: Lo que me cuentan es terrible, e imposible. ¿Cómo la gente se va a contagiar de risa?

Y: Así como lo oís. Simple como eso. Sin explicacion científica. Hoy la gente solo ríe.

X: Y no se sabe cuando terminará, si es que alguna vez termina. Lo único que sabemos es que mientras pasa esto, la gente no se enferma. No se registraro enfermedadades ni dolencias. A los meses de tal descubrimiento, los hospitales cerraron sus puertas ya que resultaban inútiles.

Y: Tampoco se registraron delitos ni violencia, y la misma suerte corrieron los policias y las comisarías.

L: ¿Cómo hicieron uds. para escapar?

X: Nosotros trabajabamos acá, en un ospicio, no escapamos, solo nos recluimos.

L: ¿Un qué?

Y: Un loquero.

X: Aparentemente los locos no se contagiaban. Pasaban las semanas y los únicos que no reian eran nuestros pacientes. Algunos locos divertidos se escaparon y se camuflaron entre la gente. Nadie los reportó ni los juzgó. Hoy deben estar caminando las mismas calles que los cuerdos.

Y: Supieron aprovechar la oportunidad.

X: las primeras semanas se fueron pocos, pero después se avivaron y se fueron todos en manada.

Y: Todos, menos vos.

L: ¿Estoy loco?

X: No sabríamos decirtelo hoy. Hace unos meses quizás sí. Tu familia te internó por que nadie te entendía. Comenzamos a estudiar tus patologías. Después pasó todo esto... y no pudimos indagar mucho más. Ya no quedan parámetros para medir la locura.

Y: La locura es una cuestión de porcentajes. Los más son los cuerdos, los menos se tildan de locos.

L: Pero todos se ríen y nosotros no....¿estamos locos entonces?

Y: No es un mal planteo.... quizás ... hasta... tiene lógica.

X: ...a mí me gusta pensar que somos los últimos personajes serios que quedan en un mundo dominado monopólicamente por la alegría.

Y: De todas formas, es tu elección. Nadie te retiene de quedarte acá. No es justo que quedes recluído habiendose escapado todo el contingente. Con mi compañero nos pusimos de acuerdo en venir a abrirte la puerta y que vos decidas. Si te quedas, te vas a mantener inmune de la risa. Si salís a la libertad, lo más que te puede pasar es reír.

L: Lo que me dicen es disparatado, ¿esperan que me crea eso?

X: a nosotros nos cuesta creerlo también, como hombres de ciencia... pero ya ves... es lo que hay. Todo es real. Todo lo que te contamos está pasando allá afuera.

L: ¿Uds. por qué no salen?

Y: Miedo.

X: No sabriamos cómo adaptarnos a un mundo así.

L: ¿No tienen familia?

X: Sí... están por allá afuera, riendo. No pudimos hacer nada. No llegamos a curarlos ni recluirlos... por que... llegó a haber una cura. Y se probó, y se descubrió que funcionaba: si un contagiado se obligaba a mantener la boca cerrada y no respiraba por un rato, la risa sesaba. Básicamente, la misma cura que el hipo.

L: ¡Entonces se consiguió! ¡¡estamos salvados!!

Y: nadie quiso ponerla en práctica. Todos se sentían ya tan a gusto con sus risas que no pretendían salir de ese estado.

L: El país debe haber colapsado...

Y: Todo lo contrario. La gente va feliz a trabajar o a estudiar. Todos cuentan chistes e intencifican las risas. Hasta se nombró por ley un día nacional de la risa donde todos se juntan en las plazas a reír.

X: Ese es el mundo que te espera afuera, si decidis salir.

L: Uds son los locos. ¿¿¿Cómo se privan de un mundo asií???

X: Alguien tiene que hacerlo. Alguien tiene que mantener viva la seriedad. Es nuestra decisión. Nuestra misión. Quizás toda esta locura termine algun día y volvamos a encastrar en el mundo. Mientras, esperaremos.

L: Jajajaj no lo puedo creer....

X: No rías...

L: Jajajaja... dos medicos que no se permiten reír... jajajaj, sólo en este país....

Y: jajajajaj... ¡tiene razón!

X: jajajajaj...sí, jajajaja creo que sí....

L: ...jajajajjaa

Y: jajajajajajaja... mierda, caímos en la trampa....jajajaja

X: jajajaja... ya fue... ¿y si salimos afuera? jajajajajaj

Y: jajajajja, dale, vamos jajajajja a la mierda todo jajajajja

L: jajajja acuerdense que si no respiran un rato pueden curarlo.....

Y: jajajajaj, ni a palos..... jajajajaj


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