B: ¿Cómo andás, che?
M: ¿Bien y vos?
B: ¿Bien? Jajaja, ¿seguro? Onda… yo soy el que siempre anda bien, vos tendrías que ir mal…
M: tenés razón, disculpa.
B: Todo bien chabon. ¿Cómo viene la cosa?
M: y… zafándola, qué sé yo… ahí.
En eso llega la relatividad:
R: hola muchachos, ¿cómo andan?
B: ¡Bien!
M: Mal…
R: ¡Hey! ¿Qué onda? Que bipolaridad… que pasó con el ¿Ying Yang?
M: Le puse dos tiros y no jodió más…
R: Ah…
M: Y si vos seguís con eso, vas a seguir sus pasos…
R: Ok! Ok!, sigo camino, que anden bien… o mal… o lo que sea.
B: este tipo nos quiere sacar el sentido.
M: si,…
B: Me gusto que le hayas frenado el carro.
M: hago lo que puedo. Gracias.
B: ¿en que estábamos?
M: creo que en nada, o en lo de siempre.
B: Ah… Bueno, me voy a inventar alguna religión nueva entonces, de gente copada.
M: Buena idea, yo también.
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